«Ella se dedicaba por completo a cuidar a su hijo. Era su vida estar al lado de su hijo. Era muy alegre, con esa chispa que te hacÃa reÃr con sus ocurrencias. Muy buena amiga y buena madre comprometida».
Asà recuerda Mily Cruz DÃaz, coordinadora en Jalisco del colectivo Yo Cuido México, a Luz Raquel Padilla, brutalmente asesinada por un grupo de personas que la rociaron con alcohol y prendieron fuego en un parque de Zapopan, México.
La joven pertenecÃa a esta asociación -que aglutina a otras cuidadoras de personas dependientes- como madre de un niño con autismo en el que se enfocaba prácticamente las 24 horas.
Su asesinato provocó un gran impacto e indignación en México no solo por su brutalidad, sino por el hecho de que previamente ya habÃa denunciado ante la policÃa y en sus propias redes sociales numerosas amenazas de muerte y agresiones por parte de vecinos de su edificio.
Pero, una vez más, ponerlo en conocimiento de las autoridades no evitó el ataque sufrido el sábado 16 de julio y que el martes 19, tras tres dÃas de agonÃa con casi el 90% de su cuerpo quemado, acabara falleciendo.
Volcada en su hijo
Padilla tenÃa 35 años y vivÃa en Zapopan, en el estado mexicano de Jalisco, junto a su madre y su hijo Bruno, de 11 años y con un diagnóstico de autismo severo y epilepsia refractaria de difÃcil control.
La mujer se dedicaba a cuidarlo a tiempo completo, más aún desde que el padre del niño se fue de la casa.
«Abandonó a Bruno desde que estaba chiquito por lo mismo, porque se quejaba de que no querÃa tener un hijo con discapacidad. No saben nada de él ni dónde se encuentra para que ayude en la alimentación del niño», cuenta Cruz en entrevista con BBC Mundo.
«Desde siempre, Luz lidió con esa discriminación e incomprensión hacia Bruno, 11 años ya», dice.
Fuente: bbc.com