Los integrantes de la familia Méndez Pablo, originaria de la aldea Xemál, Huehuetenango, nunca imaginaron como les cambiaria la vida de agosto, Fredy Eliseo, el mayor de cuatro hermanos, desapareció misteriosamente del patio de su vivienda sin dejar rastro.
Las horas transcurrÃan sin saber el paradero del niño. A las nueve de la noche de ese viernes, recibieron la llamada que nunca hubieran querido, varias personas se identificaban como secuestradores amenazaban con matar al niño si no se les entregaba 150 mil quetzales.
La abuela da detalles de lo sucedido, «la madre ya no quiere comer por lo triste que está» el padre esta en Estados Unidos desde hace 6 años y fue quien ayudo en dar el dinero.
La familia no quiso dar información a la policÃa por lo que por sus propios medios empezaron a recaudar el dinero. Recibieron fotos, llamadas y videos.
En la llamada se escucha a un hombre mencionar lo siguiente: Ok, don Marcos, aceptamos 100 mil, pero queremos el billete completo, queremos hacer el trato limpio, no queremos que ustedes hagan trampa con la policÃa.
Ahora si lo hacen ustedes con trampa, de toda tu familia nunca le va a llegar libre, hasta incluido van ustedes en la lista si no cumplen.
El lunes 15 de agosto entregaron los 100 mil en una bolsa negra abandonada en un puente afueras de la comunidad, para la mamá de Freddy se fue apagando la esperanza de tenerlo de vuelta ya que no tenÃa noticias de su hijo y de los secuestradores.
Los pobladores lograron encontrar a los secuestradores y hicieron que confesaran lo que hicieron, por lo que empezaron a decir la verdad y dijeron que le quitaron la vida al menor.
Todos estaban molestos por lo que los quemaron vivos en los vehÃculos donde se transportaban. La comunidad encontró el cuerpo y fue asà como hicieron justicia con sus propias manos.
La madre ahora tiene una gran deuda ya que prestaron una parte del dinero.
