Lo que inició como un viaje rutinario terminó en desgracia. Martín Patzán, de 63 años, y su hijo Mario, de 34, salieron de Escuintla hacia Chiquimulilla para cobrar un cheque de liquidación.

Sin embargo, las intensas lluvias del viernes 15 de agosto cambiaron su destino para siempre.

Al cruzar el sector del semáforo en barrio Santiago, una violenta corriente los arrastró hacia un tragante abierto. La búsqueda comenzó de inmediato, con familiares y rescatistas esperando un milagro.

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Esa misma noche, encontraron el cuerpo de Martín cerca del rastro El Campamento.

La mañana siguiente trajo el hallazgo más doloroso: Mario fue localizado a 10 kilómetros del lugar, en Finca La Unión. Ambos, originarios de San Juan Sacatepéquez, dejaron atrás familias que dependían de su trabajo en los cañales.

Su historia es un recordatorio de lo impredecible que puede ser la naturaleza. Hoy, Chiquimulilla llora a dos de sus visitantes, unidos en vida y ahora en un triste final.

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