Un operativo del Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) en Quetzaltenango ha generado controversia luego de que funcionarios exigieran documentación inusual a una pequeña tienda que incluye tortillería.
Carlos Pineda, testigo del hecho, denunció que agentes fiscales solicitaron una «licencia de salud» y registro formal ante el SAT para emitir facturas, requisitos que el pequeño comerciante no podía cumplir inmediatamente.
«Señor, disculpe, aquí es si ‘tiene o no tiene'», respondió el afectado ante las demandas de los inspectores, quienes incluso llamaron a la Policía Nacional Civil con intención de cerrar el local por falta de permisos.
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Pineda criticó la rigidez del procedimiento: «Dejen trabajar a la gente. Obtener una licencia de salud es sumamente difícil para los pequeños comerciantes».
El caso evidencia los desafíos que enfrentan los micronegocios para formalizarse. Pineda busca ahora identificar a los funcionarios involucrados para evidenciar lo que considera un exceso en la aplicación de normas a pequeños emprendimientos que apenas subsisten.
Esta situación reabre el debate sobre cómo equilibrar el control tributario con la realidad económica de los pequeños comerciantes guatemaltecos.